Bienvenid@ a nuestro despacho

Bienvenid@ a nuestro despacho

Mientras un curial, con las espaldas gibosas y unas gafas sobre la nariz, hojea ávidamente un libro, a la luz de una linterna, buscando la palabra autorizada que sirva para sostener su asunto, y da con ella, su adversario, curial como él, jorobado y con anteojos, va papeleando a la claridad de un farol el mismo libro, a la caza de la doctrina opuesta, y la halla.

F.D. GUERRAZZI, Beatrice Cenci.